7. Problemas gastrointestinales:
La ingestión de agua contaminada de la piscina es una de las razones detrás de los problemas gastrointestinales. Los niños pequeños y las persona enfermas o muy jóvenes son más propensos a contraer enfermedades gastrointestinales que otros. La diarrea, la gastroenteritis y la giardiasis pueden causar dolor abdominal, náuseas, vómitos y otros síntomas desagradables. Es importante evitar tragar agua mientras se nada en la piscina y ducharse antes de ingresar para reducir los niveles de bacterias.
8. Alergias:
Algunas personas pueden experimentar alergias y síntomas de asma en la piscina. El cloro utilizado en la limpieza de la piscina puede causar reacciones alérgicas e irritación en la piel y los ojos. La exposición frecuente al cloro también puede irritar las vías respiratorias en personas propensas a la respiración asmática. Es importante tomar medidas de precaución, como el uso de medicamentos antialérgicos y evitar pasar demasiado tiempo en la piscina.
9. Deterioro del cabello:
El cloro y otros productos químicos utilizados en la piscina pueden deshidratar el cabello, y a medida que más productos químicos entran en contacto con el cabello, puede empezar a agrietarse y a perder brillo. Para prevenir el deterioro del cabello, es importante ducharse antes y después de entrar en la piscina, utilizar un gorro de natación y enjuagarse el cabello en agua limpia después de salir de la piscina. Además, también puedes utilizar tratamientos especiales para el cuidado del cabello y evitar el uso frecuente de productos químicos para el peinado.
10. Lesiones y traumatismos:
La natación y otros deportes acuáticos pueden resultar peligrosos si no se toma las medidas adecuadas. Las lesiones y traumatismos pueden ser graves si se produce una caída o si los deportistas chocan entre sí. Es importante tomar medidas de seguridad, como el uso de equipo de protección personal, la supervisión de un adulto y la formación en primeros auxilios.
En conclusión, disfrutar de la piscina en verano puede tener efectos secundarios en nuestra salud. Las personas pueden sufrir irritación de la piel, infecciones, problemas respiratorios, problemas de oído y visión, problemas gastrointestinales, alergias, daño del cabello, lesiones y ahogamientos. Para prevenir estos problemas es importante seguir medidas de precaución, como mantener la piscina limpia, ducharse antes y después de la natación, utilizar el equipo de protección adecuado y supervisar a los niños. Siempre es importante estar atentos a los signos de complicaciones de la salud y buscar ayuda médica si es necesario.